¿ COMO CUIDAR Y MANTENER EL PARQUE ?
Para que luzca como el primer día
El parqué es uno de los revestimientos que más contribuye a crear un ambiente agradable y acogedor en nuestro hogar. Pero también necesita cuidados y mantenimiento específicos según su clase. Si seguimos unas pautas adecuadas, el cuidado de este tipo de suelos será una tarea fácil y agradecida.

Como norma general a todos los parqués, no es recomendable el exceso de líquido, ya que son materiales que absorben la humedad fácilmente. Tampoco se aconseja el uso de limpiadores que contengan disolventes, alcoholes o productos abrasivos porque resultan agresivos para la capa superficial pudiendo estropearla.

Mantenimiento de tarimas y parqué pegado
La tarima y el parqué pegado están compuestos por madera natural, y por ello deben ser tratados con delicadeza, ya que se rayan fácilmente. Para su limpieza, es suficiente con pasar una mopa en seco a modo de escoba o pulverizar sobre ella con un limpiador específico. Es mejor evitar fregar, excepto en los de bambú, ya que la humedad es perjudicial para el parqué natural, pero si es necesario lo haremos con agua y una fregona bien escurrida que sólo usaremos para el parqué.

También es importante que durante el primer año, cambiemos de sitio los muebles y alfombras para evitar posteriores diferencias de color, ya que al tratarse de madera natural, ésta va tomando color con el tiempo y la luz, aunque llega un momento en que se estabiliza en cuanto a tonalidad se refiere.
Cuando el parqué esté rayado, con golpes o la capa de barniz esté desgastada por el uso, ha llegado la hora de lijarlo y barnizarlo. En este proceso se desgasta la madera hasta acabar con las rayas y golpes y luego se barniza de manera que el suelo queda totalmente renovado. Cuanto más profundos sean estos defectos producidos por el uso, más espesor se deberá lijar. La vida total de una tarima o parqué macizo será más larga que la de una tarima multicapa, pues la primera tiene más capa de madera noble y nos permitirá más lijados.

Cuidados para el parqué laminado
Este tipo de parqué requiere menos cuidados que los anteriores, ya que es mucho más resistente al rayado y a los impactos, la luz del sol no afecta a su color original y una vez instalado no hay que lijar y barnizar. Las imperfecciones causadas por el uso suelen ser mínimas y dependen de la dureza del material. Es un parqué más ecológico y también más higiénico debido a que su superficie lisa evita que se adhiera el polvo. Como novedad, existen nuevos suelos laminados con tratamientos antibacterias.
Se puede fregar con agua y una fregona bien escurrida. Podemos añadir al agua un poco de limpiador específico para suelos laminados o un jabón de pH neutro. También se puede limpiar con una escoba o una mopa. Nunca se deben emplear productos que contengan ceras. Algunos parqués laminados están tratados para evitar la absorción de humedad y a éstos se les llama hidrófugos. Aún así debemos pensar que la humedad es el mayor enemigo de todo tipo de parqués. Por ello, si cae líquido debemos limpiarlo inmediatamente y evitar que penetre por las uniones entre tablas.

¿Sabías que...?
En los parqués de color oscuro se marcan más las pisadas que en los claros, mientras que en estos últimos tienden a verse más las uniones entre las tablas.

Un truco para desinfectar tu parqué laminado al fregarlo es añadir un chorrito de vinagre al agua. Conseguirás un suelo higiénico sin dañarlo.

Cuando decidas lijar y barnizar tu tarima natural, siempre deberás hacerlo en toda la superficie. Esto es debido a que, si no fuera así, se verían diferencias entre la parte renovada y la antigua, en cuanto al tono de la madera y el brillo del barniz.

Si tu parqué laminado cruje al pisar, echa polvos de talco en las uniones entre las tablas y luego pasa un cepillo para ayudar a que los polvos penetren en las juntas.

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